En el siglo XVII llegó a Cazorla una ilustre familia,(Fernández Angulo y Sandoval), que adquirieron para su sepultura una capilla en la Parroquia Mayor de Santa María de Cazorla, dotándola de elementos para el culto y de un cuadro que presidía el altar y que representaba la imagen de Cristo muerto en la Cruz, situando a sus pies a una pareja de orantes, seguramente el matrimonio propietario de la citada capilla. Este Cristo fué titulado del Consuelo y pronto sería centro de la devoción de los cazorleños.
Dos hechos trágicos contribuyeron al incremento de esta devoción: El primero la enorme tormenta que en 1694 arrasó parte del pueblo e inundó el templo y la plaza al obstruirse el paso subterráneo. El agua destruyó la sacristía y destrozó casi todas las imágenes. Según un cronista de la época "sólo quedó la imagen de Ntra. Sra. de Gracia y el Santo Cristo del Consuelo, que se sacó al otro día mojado hasta la mitad y herido de las piedras". Este hecho fue considerado milagroso y la devoción fue creciendo, atribuyéndose después varios milagros por su intercesión.
El segundo suceso de gran trascendencia fue el acontecido en 1810 durante la ocupación francesa. En los enfrentamientos con la población sublevada las tropas francesas incendiaron gran parte de los conventos y ermitas, el hospital y la parroquía de Santa María. Cuando el fuego se extinguió todos contemplaron como el Cristo del Consuelo permanecía sin daños entre las ruinas del templo, quedando reflejado el suceso en las actas capitulares como milagroso.
Dos hechos trágicos contribuyeron al incremento de esta devoción: El primero la enorme tormenta que en 1694 arrasó parte del pueblo e inundó el templo y la plaza al obstruirse el paso subterráneo. El agua destruyó la sacristía y destrozó casi todas las imágenes. Según un cronista de la época "sólo quedó la imagen de Ntra. Sra. de Gracia y el Santo Cristo del Consuelo, que se sacó al otro día mojado hasta la mitad y herido de las piedras". Este hecho fue considerado milagroso y la devoción fue creciendo, atribuyéndose después varios milagros por su intercesión.
El segundo suceso de gran trascendencia fue el acontecido en 1810 durante la ocupación francesa. En los enfrentamientos con la población sublevada las tropas francesas incendiaron gran parte de los conventos y ermitas, el hospital y la parroquía de Santa María. Cuando el fuego se extinguió todos contemplaron como el Cristo del Consuelo permanecía sin daños entre las ruinas del templo, quedando reflejado el suceso en las actas capitulares como milagroso.
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